El proceso de fermentación es uno de los tratamientos térmicos más delicados para obtener un producto final de alta calidad, y requiere equipos industriales perfectamente calibrados que no alteren las propiedades de los alimentos.
Durante esta fase, es esencial mantener constantes las variables de temperatura y humedad para lograr un crecimiento óptimo de la masa y respetar las propiedades organolépticas del producto. La fermentación industrial se lleva a cabo dentro de una cámara aislada que permite un control preciso de estos parámetros, maximizando el ciclo de producción específico de cada producto.
De este modo, se pueden ajustar los parámetros de tiempo, temperatura y humedad en función del tipo de producto, sus cualidades y el resultado che se desee obtener, así como de las condiciones ambientales particulares, favoreciendo una fermentación natural de los productos, tanto a granel como en bandejas y recipientes.